En mi experiencia como reclutador me he encontrado con la sorpresa que la mayor parte de los profesionales no saben leer, si entiéndase bien, no saben leer.
En el agite del día a día y la tecnología recibimos un correo y la mayoría de las personas responden sin haberse tomado el tiempo para revisar bien la información recibida y hacer los comentarios o preguntas pertinentes. Se quedan en el título, en lo superficial.
Para mí es el primer filtro cuando enviamos el detalle de una vacante a un potencial candidato. El correo lleva una serie de descripciones particulares y se pide acciones específicas. Los más calificados son los que atienden perfectamente a lo solicitado e incluso hacen observaciones sobre los aspectos que han leído que ellos consideran que no tienen entre sus competencias haciendo mención incluso a opciones sustitutivas.
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