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Ayer invité a almorzar a mi casa a dos ex-compañeras de trabajo y grandes amigas....luego de más de 20 años de trabajar juntas nos hemos convertido en compañeras de vida. Las dos son enérgicas, positivas, muy trabajadoras..de lo mejor del equipo de mi segunda casa, Herman Miller Venezuela.
Estos encuentros me llenan de adrenalina, y quiero compartir algunas de las cosas que me comentaron...Venezuela es un país desde hace varios años lleno de gente que sólo habla de los problemas y para colmo todos se creen expertos pronosticando la catástrofe. Cada quien tiene sus problemas, que son reales y grandes para cada uno. La realidad es dura, sin embargo en paralelo con enfrentarlos y solucionarlos si se puede, debemos seguir con nuestra familia y nuestro trabajo,...pues... ¿quien pagara las cuentas?
Es muy difícil tratar de trabajar en ambientes de muy baja energía, rodeado de personas que sólo se quejan, porque nuestro rol por encima de todo es ponerle el pecho al día y seguir adelante, "a pesar de las circunstancias". Una de ellas me decía que le pedía a la persona que le cuida los niños "Por favor cuando vengas a trabajar a mi casa, te pido trates de poner la mejor cara y actitud porque a mí me ayudará a tener un día mas productivo con mis clientes".
Admiro a quienes uno les ve la mejor cara y a través de otras herramientas drenan sus problemas...haciendo ejercicio, terapia y muchas otras estrategias que permiten dejar salir el estrés.
El tratar de evitar salpicar a tu entorno de tus preocupaciones es un compromiso por la salud colectiva.
Cuida tu ambiente laboral y cuida tu ambiente familiar.
Luchar por solucionar los problemas personales y colectivos es un deber, pero eso no implica que al hacerlo, dañemos nuestra salud y la de los demás.
