jueves, 10 de octubre de 2019

Raíces y Tradiciones

No he sido nunca una persona muy afán de seguir las tradiciones religiosas, más si me considero alguien con fe en D-os y con un piso espiritual que me sustenta. Los rituales los veía caducos y muchos de ellos fuera del mundo actual.

Nunca imaginé celebrar un matrimonio judío pues mi adolescencia y juventud se desenvolvió en un medio laico prácticamente e incluso mas cercano al catolicismo que al judaísmo. Aprendí el Padre Nuestro de memoria en mi colegio de curas de bachillerato y en la Universidad no tuve ningún contacto con mis raíces a excepción de una vez al año que asistía a los rezos de Rosh Hashana y kipur en la sinagoga en Maracaibo en donde veía a las mujeres hablando entre ellas sin importar lo que el rabino decía.. Sólo me habían quedado en mi ADN los primeros años de infancia, que luego se convirtieron en algo fundamental en mi vida.

Después de culminar la Universidad y emigrar a la gran ciudad: Caracas, sentí la necesidad de llamar a un par de amigas de mi colegio primaria que eran mis únicos contactos en mi nuevo hogar. Además decidí inscribirme en el Club Social Judío porque me daba la facilidad de tener un espacio de distracción a bajo costo como joven soltera que era en ese momento. Mi abuela materna que venía de Argentina se mudó con mi hermana y conmigo y fue ella quien también me contaba lo esencial que se vuelven las raíces en la vida, es tu conexión innata. Mi abuela asistía a las actividades de la tercera edad también en el club y sin tener a nadie con quien hablar fuera de sus nietas comenzó a tener una vida social muy rica. Mientras yo trabajaba ella se iba y regresaba en autobús público al club. Cuando falleció fuera de su ciudad natal no estaba sola, ademas de sus hijos y nietos estaba rodeada de nuevas amigas que la quisieron mucho.

Fue así como poco a poco me dí cuenta que cuando estás en un medio ajeno en donde nadie te conoce y quizás "no te quiere conocer" porque cada quien anda en lo suyo y ya tiene sus amigos; es cuando te das cuenta que debes acudir a tus orígenes.

Mis dos o tres conocidas del colegio primaria me abrieron las puertas y comenzaron a ser "amigas". Salía poco a poco con muchachos que compartían mis mismos gustos, mis mismos valores, y en donde me sentía a gusto, me sentía en paz conmigo misma. Así un día a través de una de mis amigas del cole conocí a mi media naranja, me casé y celebré la típica boda judía, cosa que nunca me había imaginado. He seguido los rituales de hacer la circuncisión a mis hijos, celebrar el barmitzvah de ellos sin embargo es con el fallecimiento de mi mama que he comprendido que no sólo tus raíces espirituales te dan conexión sino que también de alguna manera ponen orden en tu casa cuando hay caos.

La religión es muy sabia en muchas cosas y una de ellas es en la tristeza. Te obliga a seguir unos rituales que lo que hacen es obligarte a seguir un camino de sanación.

En mi religión el fallecimiento de una madre es luto y rezo de 1 año para los hijos y 1 mes para el esposo...aja! aquí viene la primera lección. Nada más sabio que hacerle libre al conjugue de seguir adelante cuanto antes dado que es quien ha convivido con el fallecido en la intimidad seguramente en mas de la mitad de la vida. Y nada mas sabio que hacerle a los hijos por 1 año recordar y honrar a quien les dio la vida.

La religión nos obliga a sentarnos luego del entierro juntos a los familiares directos por 1 semana aproximadamente y se acostumbra amigos visiten y traigan comida a los familiares. Ello nos ayuda en los peores días a estar acompañado y mantenernos alimentados. A los 11 meses la religión nos hace descubrir la lapida de la tumba para cerrar el ciclo, un evento al que también nos acompañan amigos y familiares.

Este ciclo que cierro en unos días de terminar mi luto como hija  me ha traído esta gran reflexión y profundo descubrimiento de saber que las tradiciones además de conexión sirven de calmante cuando nos sentimos tristes.

Antes había pasado por situaciones muy críticas de las que salí adelante con esfuerzo y firmeza de carácter, no me había dado la oportunidad de acercarme a la religión para ayudarme en el proceso. Hoy me siento diferente, he descubierto el noble recurso que D-os pone a nuestro alcance para hacer mas ligeras estas travesías en momentos difíciles.

Espero estas líneas ayuden a alguien a buscar sus raíces y tradiciones, y entender como yo que son un extraordinario recurso en la vida.




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