¿Es
la ira una herramienta aceptable para un jefe?
Muchos de nosotros hemos
vivido lo que es un jefe que grita, y utiliza malas palabras para que el
personal haga lo que él quiere. ¿Es esta una manera aceptable de conseguir que
el trabajo sea hecho?
Una persona no debería ser
prepotente y enojosa y tampoco como una persona sosa que nunca siente nada,
sino alguien intermedio. Lo ideal es enojarse sólo cuando hay gran
preocupación, una situación en la que vale la pena enojarse de forma que el
sujeto que lo hizo enojar no repita lo que hizo.
Cualquier persona, y en
especial un líder, debe conducirse en el
camino medio, distanciarse lo más posible hacia el extremo… La ira es un rasgo
extremadamente malo, y es adecuado que una persona se distancie de ella al
extremo, y que aprenda a no enojarse ni siquiera por las cosas que vale la pena
enojarse. Y si quiere amenazar a sus hijos o a su familia, o al público si es
un líder público, y quiere enojarse con ellos para que vuelvan al camino
correcto, debería mostrarse como si estuviera enojado para enmendar la
situación, pero por dentro debe mantener la compostura, como una persona que
finge ira cuando se enoja pero que en realidad no está enojada.
La voluntad es la más
poderosa de las herramientas. Una persona puede concientizar su estado y alejarse del enojo hasta que se acostumbre a
no sentirlo ni siquiera por las cosas más indignantes.
Enojarse con trabajadores
que no satisfacen las expectativas del jefe sería considerado excesivo. Perder
una posible venta o descuidar ocasionalmente una norma del lugar de trabajo no
debería ser considerado "gran cosa". Si lo pensamos y ponemos una lista las cosas
en extremo graves que ameritan llegar a enojarse y perder la compostura, estoy
segura que para todos nosotros, serán pocas. Cuando ejercemos la comunicación
en ese extremo negativo vamos creando pequeños daños en los demás que se
acumulan y terminan cerrando las vías de entendimiento.